[…] Son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció… Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada…. […]
Pablo Neruda nos anunciaba en “Confieso que he vivido” el poder de las palabras. Todo un océano verbal nos envuelve. Necesitamos valernos de ellas para funcionar en nuestra vida: expresar sentimientos, emociones y, por supuesto, opiniones. Y es que, formamos parte de un mundo competitivo, donde la palabra, en especial la expresada verbalmente, es un factor decisivo que viene a constituir los lazos de unión o desunión, de comprensión o incomprensión, de éxito o fracaso… El dominio de la lengua nos permitirá alcanzar objetivos… Los debates son una muestra de esto: presentar una tesis como positiva y, además, hacerlo de manera pacífica y respetuosa nos acercará al triunfo.
Durante la Semana Cultural en el Mendoza hemos tenido la oportunidad de defender ideas, dominar el lenguaje, respetar a los contrincantes… gracias al IV Concurso de debate “Nos comunicamos de forma pacífica”. Este año nos hemos acercado al tema
“¿Tiene futuro el trabajo en el campo?”
Los nervios han estado a flor de piel, pero también el entusiasmo y las ganas. Así que después de una semifinal y una final muy reñida ha quedado un ganador
¡El grupo representante de 3ºA!
Un antiguo proverbio árabe nos recuerda que somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras. Nosotros, hemos confiado estos días en que sean esas palabras las que dejen a un lado la sumisión y nos aporten la luz, la libertad de pensamiento, la libertad crítica.
¡Nuestra más sincera enhorabuena a los finalistas y semifinalistas!
A continuación se pueden consultar los resultados de los debates.
Resultados Debate